Al escuchar (y anotar!) Los Momentos de Diamante reconocí que a veces me encaja en aquellos perfiles de las "personas que no avanzan" en el Camino. No puedo decir que fue mal, después de todo, de esta manera, sé dónde puedo - y debo - cambiar. Pero lo que más me impresionó en este Gashuku fue darme cuenta de lo dedicado que es Sensei con sus alumnos: sea al corregir un Kata (secuencia) de Iaijutsu, un Kamae (postura) en Kenjutsu, pero principalmente al mostrar cosas imperceptibles que es realmente lo que hace la diferencia. Hoy percibo que sólo subiendo la montaña y conviviendo con el Maestro con el que recorreré el Camino de la Espada y me convertiré en una persona mejor.
Fontes (Sede Puerto Alegre)