Por una confusión en mi agenda, terminé visitando Sorocaba el miércoles pasado.
Entre los alumnos que estaban allá ( en número mayor que la última vez) encontré un visitante.
Finalizado el entrenamiento, me sorprendí al oír al coordinador contándome que el miércoles no es día de entrenamiento, las clases son los martes y jueves.
Más sorprendido todavía al saber que los alumnos Sorocabanos dejaron todos sus compromisos para participar de esta clase. Mis disculpas y arigato por la agradable noche que pudimos pasar. Aprovecho para dejar hoy, algo de lo que sucedió, a través del relato de un alumno.
Fue sin querer, igualmente salió todo correctoEn el universo físico, quede completamente perdido por la rapidez de los movimientos. Intenté seguir el kata, al principio fue como una tortuga corriendo un leopardo. Pero sin problemas, un paso a la vez. La tortuga también llega al mismo destino que el leopardo, es una cuestión de tiempo.
Entonces me sentí honrado de quedar junto con mi senpai mostrando lo que habíamos aprendido y recibiendo las correcciones.
Fuimos al fondo del salón, allí permanecemos hasta el final del entrenamiento. Miradas desatentas podrían decir que apenas entrenamos Iai ese día. Será?
Siempre pensé en un universo dónde todos se respeten mutuamente, dónde cada persona se coloca en su debido lugar. Personas más bellas, con más sabiduría, respetada por los más jóvenes. Hombres respetados por sus mujeres, y mujeres respetadas por sus hombres. Naturaleza respetada por todos.
Nada forzado, así debería ser. Nadie buscando sacar provecho de nadie. Equilibrio. Armonía. Aquel momento de oro, aquellos pocos minutos, Sensei mostró que eso era lo que buscábamos.
En ese momento, era lo que todos estábamos aprendiendo. En ese momento, alguien pensaba lo mismo que yo pensaba. En ese momento, encontré mi lugar. Espero haber entendido bien...
Alumnos y visitante que iluminaron la clase
Momento de oro, sabiduría para vivir bien