El sábado que pasó, nuestros pequeños arrancaron aplausos, gritos, suspiros y admiración.
Los pequeños samuráis lucharon con coraje y determinación.
Niños, niñas, grandes y pequeños.
Usaron todas sus técnicas: hasso, jodan y dos espadas.
En fin, nos dieron un día que valió la pena. Un día de mucha alegría.
¡Un día que todos vencimos!