Hoy voy a decir algo que quizás no te agrade.
Pues bien sé que estás atento (o te ponen atento) solo en las Olimpiadas, Pequín, economía de China etc. Pero, antes de “atinarte” a esta fiesta, quiero que, con tu permiso, leas esto:
“Una bomba atómica (portugués europeo) o bomba atômica (portugués brasileño) es un arma explosiva cuya energía deriva de una reacción nuclear y tiene un inmenso poder destructivo. Una única bomba es capaz de destruir una ciudad grande por entero. Bombas atómicas solo se usaron dos veces en guerra, ambas por los EEUU contra Japón, en las ciudades de Hiroshima y Nagasaki, durante la Segunda Guerra Mundial (habiendo consistido en uno de los mayores ataques a civiles, con casi 200 mil muertos, ya ocurrido en la historia). Sin embargo, ya se han usado centenas de veces en testes nucleares por varios países.
Las potencias nucleares declaradas son los EEUU, Rusia, Reino Unido, Francia, República Popular de China, India, Pakistán e Israel. Estos países ya poseen el material para fines ofensivos. Otra nación que ya testó el armamento nuclear fue Corea del Norte, pero, firmó un acuerdo con la ONU para desarmarse, debido a embargos económicos y a la fuerte presión norteamericana.”
Entiendo que es inimaginable para brasileños, que están años luz de distancia del sitio de la tragedia, imaginar las consecuencias de los fatídicos días 06 y 09 de agosto de 1945.
Aquí, en la semana que pasó, NINGUNA citación en la prensa. Ni siquiera una foto sobre el asunto. ¡Nada!
Y en Japón, también no fue diferente. Ya no se hacen tan buenos documentales como antiguamente.
Si fue propósito de Pequín hacerme olvidar este episodio, no lo sé.
Solo sé que estos últimos años, a los japoneses se les está olvidando encender el incienso.
Son los katas del Bushido que se están perdiendo con el tiempo...
Perdóname por acordarte de esta bomba. Justo en este momento festivo.