"Esta vez Sensei condujo el kirikaeshi*, kakarigeiko*, taiatari* y kirikaeshi nuevamente. No fue nada fácil. Mi cuerpo ya no daba más y Sensei queriendo arrancarme el espíritu. Mis brazos ya no se levantaban, las piernas me temblaban, el cuerpo se me doblaba y, al mismo tiempo, las ganas de poder seguir existía.” Es bueno recordar que para los más graduados, existen más ejercicios que no se citaron. Lo importante es que todos los samuráis modernos deben estar en forma. No basta apenas leer.